Nos cansa la mochila que llevamos en nuestra espalda, llena de creencias que nos limitan, miedos y temores que aún no hemos mirado de frente y que todo el tiempo vemos reflejados en nuestros hijos.
Nos cansa nuestra necesidad de control y de perfección.
Nos cansa el darnos cuenta de que nuestra maternidad real no obedece a las falsas expectativas que nos han vendido en la publicidad.
Nos cansan las opiniones de un mundo adultocentrista, que no soporta que los niños sean niños.
Nos cansan nuestras culpas, esas que vienen del rol de la víctima que muchas veces cargamos y que no nos permiten avanzar.
Nos cansa la incapacidad para delegar, para confiar en los demás, para establecer límites al otro y pedir ayuda cuando la necesitamos.
Nos cansa la soledad en la maternidad/ paternidad y la falta de una tribu.
Nos cansa el tal rol de la mujer “multitarea” que nos metieron en la cabeza.
Nos cansa estar tan lejos de nosotras mismas, estando tan cerca.
Nos cansan los dos primeros años durmiendo a medias en las noches.
Para concluir: no son nuestros hijos los que nos cansan, somos nosotras mismas las que nos sentimos cansadas.
Son las circunstancias de la vida que estamos viviendo para trascender a partir de eso.
Son etapas de la vida donde elegimos conscientemente renunciar a algunas cosas para conseguir otras

¡Este cansancio también pasara!


Abrir chat
1
💬 ¿Necesitas ayuda?
Escanea el código
Hola 👋
¿Cómo podemos ayudarte?